Al alma cobijada en los despojos,Tenues claridades de tu noche cálida,Se re-velan tímidos de albor tus ojos Espejos de luna sobre mar reflejada.Y así albergados bajo la pálidaSombra de tus párpados plateadosAzules anillos de nácar rodeadosAsoman curioseando temerosos.Y en-contraste con tus labios rojosDe mis manos el reclamo que atiendesY volviendo tu cabeza me enciendesEl corazón invadido de abrojos.De este instante ya el latir congeloEl perfume inhalando de aquéllosDe amor desbrozados los cabellos,Deshechos del blondo terciopelo.
Emergida tu cabeza dentre mar amurallado-los diamantes aferrados a tu piel-Brillas cual galaxia bajo el sol de julio:Arriba, el cielo pálido sin nubesY tu mirar lapislázuli que arrasa el jardín…Abajo las rosas enrojecen,Y disputan tu hálito cercanoSonrojadas por caricias de metal.Amor, ¿hubo espada más leal?¡Cuán dócilmente entregan su cabeza!Y tu apuras su cáliz perfumado,Y ellas abren su sonrisa y se extinguenEn la flor de su vida inerteMientras tu pálpito rosado les da muerte¡Y qué dulce muerte es tu belleza!
"los pequeños dioses, tan cercanos. nos acarician con mirada genuflexa"
El amanecer de algodones.Luna turca de marfil.Felicidad a borbotones.Rosaleda de luz.Manantial de perlesía.Tímido resplandor de pedrería.Constelación de estrellas.Revelación más que divina.Aurora boreal y centella.Nívea miel de rocíosobre pétalos de amapola.Diamantino relámpago que asolaentre acordes de tronío.Faro incesante de alegría,norte y preludio de la mía.
Una tierna sonrisa me habita el almaPermanente es mi dicha y mi alborozoY en mis verdes jardines gozososdos lagos reflejados me agitan la calma.Noche regada con tus luceros, salvasal propio corazón perdido a trozosen el camino pautado de sollozos,transmutado por el azul de tus albas.Alejandrino me vuelvo, estornino que besael cielo henchido por tan singular derroche:miradas sin par, de par en par enfrentadas.Que muerde la soledad en la noche espesaY muerte es mi vida sin tu excelso brochede celestes lunares en luna engarzados.
Del crepúsculo de tus párpados livianosSuenan tus pestañas mecidas al sonY las estrellas mismas parecen carbónEn esta noche de alquitrán mojado.En húmedos jardines de nácar espesoRugen salvajes los océanos encapsuladosY surgen afuera los besos enamorados- amapolas de carmín en su reflejo.Sombreados en ciénagas de añilPor polvo de astros salpicadasSon tus ojos mi antojo febrilY mis palabras desrimadas. La carrera de latidos desbocadosEl temblor de tus mejillas coloradasBajo el rocío mal tu amor disimulado…Y, de nuevo, mil palabras desrimadasPor el lúbrico cimbrear de tus pestañasQue arrasan las antiguas telarañasDonde yace el desamor encaramado.Cuán gigante sonríes, luna convexa,Sobre nosotros mano a mano entrelazados…Los pequeños dioses, tan cercanos,Nos acarician con mirada genuflexaEn esta noche de cine de verano.